Cuando una persona adquiere un seguro, obtiene una póliza, que
es un contrato legal vinculante. Esta póliza describe detalladamente todos los
derechos, responsabilidades y obligaciones tanto del asegurado como de la
compañía aseguradora. Si una persona sufre pérdidas que están cubiertas por la
póliza, realiza una denuncia. El monto de dinero reembolsado que recibirá
dependerá del monto de la póliza.
Debido a que el número de personas aseguradas es tan grande,
las compañías de seguros pueden realizar análisis estadísticos para proyectar
sus pérdidas reales. Las aseguradoras saben que no todos los individuos asegurados sufrirán
pérdidas al mismo tiempo, lo cual les permite operar de manera rentable y al mismo tiempo
pagar las reclamaciones que puedan surgir. Por ejemplo, la mayoría de la gente
tiene seguro de auto, pero sólo unos pocos realmente tienen un accidente.
Como la gran mayoría de las personas aseguradas no sufre
pérdidas, o sólo sufre pequeñas pérdidas, las compañías aseguradoras obtienen
un gran beneficio que les permite pagar una ocasional denuncia grande.
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